sábado, 9 de septiembre de 2017

MEMORIA DE UN VERANO

Las cosas, en realidad, son como se viven; para nosotros infinitamente vacías, estrepitosamente silenciosas,... y, como es tan difícil llegar a imaginarlas así, se convierten en hermosas e inalcanzables.

Sólo de este modo, despojadas de lo que perciben nuestros sentidos, pueden llegar a emocionarnos de verdad y quizás, ante el temor a lo desconocido, nos causan respeto y admiración. Como personas sordociegas, siempre nos ocurre; los paisajes, por muy paradisiacos que nos les describan, son sólo su esencia; todo lo demás lo ponemos nosotros, que, inevitablemente, les llenamos de vida y pasión.


No giraremos ahora la mirada a un verano vibrante que quedó atrás; es inútil recuperar los alegres 'sonidos robados' de unas vacaciones. Hay que procurar, casi con prisa, llenar de vida el otoño que llega. De mucha vida!!

No nos detendremos a rememorar lo bueno y bonito del pasado; porque tenemos que dedicarnos, con intensidad, a poner ojos y oídos a nuevos escenarios que hemos de recorrer juntos. Si llegamos lejos, mejor!! 

Ahí se quedan la calma inquietante y la rutina, para cuando seamos incapaces de huir de ellas!!