lunes, 16 de julio de 2018

POESÍA EN EL AIRE - 3/10


Sonaban, solemnes e inconfundibles, las primeras notas del Canon de Pachelbel; al fondo del escenario Mariano entregado por completo a su guitarra y a su lado Sara acariciando las cuerdas de un extraño violín. Hermosa estampa, sin duda; todo era armonía y una absoluta quietud que invitaba a reencontrarse con uno mismo.

Muy pocos se daban cuenta que, allí, en las primeras filas, había un pequeño grupo de personas con sordoceguera que entendía bastante de soledad y que el único, exclusivo y forzoso encuentro que tienen a diario es precisamente consigo mismas. Para este colectivo con doble limitación sensorial combinada, todo lo que ocurría en el escenario, a pesar de la innegable belleza visual y sonora, les mantenía silenciosos, lejos del mundo y permanecían con actitud imperturbable.

De repente, más avanzado sobre las tablas, acompañado de una intérprete de lengua de signos, con brillante luz, se incorporó al grupo Fran Soto que escribió firme en el aire sus versos, se 'desbloqueaban' de inmediato ojos y oídos y se escuchó potente aquella música 'robada', saltaron además chispas de sentimiento y emoción,... el milagro se había producido otra vez!!

Nuestra gratitud a Mariano, a Sara, a Ciara, la imprescindible 'conexión' con las personas sordociegas, y al increíble Fran por su trabajo y este enorme regalo accesible que, titulado "Más allá de los sentidos" (como nuestro premio anual), reproducimos a continuación:


MAS ALLÁ DE LOS SENTIDOS


Y si se apagase la luz... Incluso la noche más oscura del alma esconde tras la negrura el tesoro de las estrellas, no las puedes ver, no has estado nunca en ellas, pero algo en tu interior te susurra; ahí están, casi puedes tocarlas, sentir su calor en la lejanía, en el tacto de a quien sí le importas.

Y si el silencio fuera absoluto, si te taparan los oídos; el lenguaje del cuerpo lleva implícito el ritmo de los sentimientos, el delicado movimiento de los músculos y huesos de los intérpretes que provocan la sinfonía de cariño que ha de acompañarnos. En una leve vibración escondida toda la música del mundo, en las yemas de los dedos las claves para derribar los barrotes que desean aprisionar el alma.

Como en un milagro las manos se deslizan por las manos, pequeños gestos, casi imperceptibles signos que nos hacen imaginar, emocionarnos. A fin de cuentas el sentimiento es la expresión absoluta de la vida.

Y si te taparan los ojos, si te cubrieran de vacío los oídos; se ocultaría el bosque, desnudos de imagen los árboles, pero no su fragancia, el tacto de su áspera corteza, el aroma de la hierba después de la lluvia, la humedad erizando nuestro vello y en las palmas de las manos dibujado el color de las flores en la destreza de un mediador, las formas de la existencia.

Somos mitades explorando mitades, no venimos a este mundo para estar solos. Como un puzle nos complementamos, la generosidad solo puede traer generosidad; todos somos intérpretes.

Héroes que caminan por la vida sin más poderes que los que otorga un bastón blanco con dos franjas rojas, superhombres y supermujeres, ni sordos, ni ciegos, sordociegos, habitantes radiantes de un universo de luz oscura; titanes en aquello de sentir de aferrarse con fuerza a la vida, con normalidad, más allá de los sentidos, en un lugar donde es el corazón quien manda.


Para la Asociación de Sordociegos de Castilla y León - ASOCYL, en la celebración del DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS SORDOCIEGAS
Autor: Fran Soto - 26 de junio de 2018


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