YA EN CINES

 



Ángela, una chica sorda, va a tener un bebé con Héctor, su pareja oyente. La llegada de la niña altera la relación de pareja, y lleva a Ángela  a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.


La gran diferencia entre este magnífico drama, con el que debuta en el largometraje Eva Libertad, y otros films clásicos con personajes sordos, como las excelentes ‘Belinda’ (J. Negulesco, 1948) o ‘El milagro de Ana Sullivan’ (A. Penn, 1962), no radica en que sus protagonistas no fueran sordas mientras que aquí Miriam Garlo sí lo es. Por más que esto brinde una buena baza promocional a la cinta, como ocurrió en su día con la presencia de Marlee Matlin en ‘Hijos de un dios menor’ (R. Haines, 1986). La distancia de ‘Sorda’ con esas otras cintas radica en su punto de vista. Su directora y guionista abre el objetivo e incorpora a la trama el grupo de amigas sordas de Ángela, cuya maternidad dará un vuelco a su vida y a su relación con su pareja, Héctor.

Espléndidos Miriam Garlo y Álvaro Cervantes. No se trata ya de una mujer sola con una discapacidad frente a la sociedad. Sus dudas, confusión y quejas se convierten en las de un colectivo. Las reuniones con sus amigos confrontan dos mundos, el del silencio frente al de los sonidos. El espectador pasa de testigo a protagonista. ¿Qué haría yo, cómo me comportaría si tuviera una amiga sorda y en sus fiestas hubiera tantas personas sordas como gente que puede oír? ¿Me enrocaría con quienes puedo hablar o me esforzaría por comunicarme con quienes me exigirían un esfuerzo mayor? ¿Por cuánto tiempo? La directora, que sabe bien de lo que habla porque es hermana de la actriz, opta por un enfoque realista, recurriendo a la cámara al hombro.

La emotiva producción francesa ‘La familia Bélier’ (É. Lartigau, 2014), y su remake made in Hollywood, ‘Coda: Los sonidos del silencio’ (S. Heder, 2021), iban en este mismo sentido. Ofrecían una mirada de las situaciones cotidianas desde la perspectiva de los personajes silentes y no al revés, como es lo habitual. Las dudas que asaltan a Ángela con su embarazo, y no pueden por menos de sorprender a quienes oímos, son las mismas de sus amigas sordas: ¿será mejor o peor que mi hija no sea sorda? ¿El poder oír la alejará de mí? Hay momentos angustiosos como el parto, en el que un personal sanitario obcecado con el protocolo trata de echar del paritorio a Héctor, su único apoyo y vía de comunicación en esos momentos críticos. Sorprende la secuencia en la que la dependienta de la tienda de audífonos no sabe hablar por signos. Y más aún, para alguien oyente, el rechazo de los personajes sordos a ese simulacro de sonido que es el audífono, algo que ya reflejó la espléndida ‘Sound of Metal’ (D. Marder, 2019).


Desde el viernes 4 de abril ya en cines y muy pronto en las principales plataformas