Tú, que la cuestión no es llegar antes,
es ser más grande que un gigante,
es detenerse ante las cosas más sencillas...
Oye, que no hacen falta más razones,
para apurar de nuevo el tiempo
y desnudando los minutos bellos que me da...
Sí, se confunde la razón,
llevaré en los bolsillos,
sólo lo que de verdad importa...
Tengo un corazón sin miedo,
tengo el alma en el sombrero,
y un mañana nuevo. Lo veo!! lo veo!! lo veo!!
Vivo caminando lento,
por la senda de algún sueño,
guardo sol y una armadura
y algo más que una canción...
algo más que una canción...
Quiero sentirme con los que yo quiero,
quiero sentir el aire entre mi pelo,
el agua, la vida y el fuego,
dejarnos de tanta tontería...
Tenemos la mala costumbre de querer a medias, de no mostrar lo que sentimos a los que están más cerca, de echar en falta lo que amamos y añorarlo sólo cuando lo perdemos. Tenemos la mala costumbre de desperdiciar el tiempo, buscando tantas metas falsas, tantos falsos sueños. Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que de verdad importa, y sólo entonces es cuando valoramos y nos damos cuenta de "lo que de verdad importa"
es ser más grande que un gigante,
es detenerse ante las cosas más sencillas...
Oye, que no hacen falta más razones,
para apurar de nuevo el tiempo
y desnudando los minutos bellos que me da...
Sí, se confunde la razón,
llevaré en los bolsillos,
sólo lo que de verdad importa...
Tengo un corazón sin miedo,
tengo el alma en el sombrero,
y un mañana nuevo. Lo veo!! lo veo!! lo veo!!
Vivo caminando lento,
por la senda de algún sueño,
guardo sol y una armadura
y algo más que una canción...
algo más que una canción...
Quiero sentirme con los que yo quiero,
quiero sentir el aire entre mi pelo,
el agua, la vida y el fuego,
dejarnos de tanta tontería...
Tenemos la mala costumbre de querer a medias, de no mostrar lo que sentimos a los que están más cerca, de echar en falta lo que amamos y añorarlo sólo cuando lo perdemos. Tenemos la mala costumbre de desperdiciar el tiempo, buscando tantas metas falsas, tantos falsos sueños. Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que de verdad importa, y sólo entonces es cuando valoramos y nos damos cuenta de "lo que de verdad importa"