Un poco hartitos sí que estamos, cansados ya de tanta mediocridad, de tantos actos y reuniones irrelevantes, de cara a la galería, que son una representación y una farsa. Cada vez, en relación a la doble limitación sensorial, proliferan más este tipo de eventos y celebraciones sin sentido.
Las auténticas necesidades de una persona sordociega están en el día a día; se comprueban en un hospital; en un aula; en las "trampas" de la calle; en realizar, sin obstáculos ni riesgos, un viaje o simplemente utilizar el transporte público; en conocer lo que ocurre en el mundo; en organizar nuestra casa; en poder acceder, con los apoyos imprescindibles, a aquellas actividades que nos interesan; en actuar sin complejos, conscientes siempre de nuestras dificultades... el objetivo y la necesidad del colectivo no se concretará nunca en un salón de actos lleno de "gente guapa", de autoridades, de periodistas, de ideas, más o menos acertadas, e inútiles deseos que jamás se llevarán a la práctica. Todo cuesta mucho dinero que bien merece destinarse a lo importante y prioritario.
En pleno siglo XXI, esos actos, tan ficticios como incomprensibles, nos alejan más de la realidad social y nos convierten otra vez en invisibles.
En ASOCYL escapamos de lo que no se ajuste a la atención directa que nos hemos fijado, de acciones ineficaces, que nos hacen perder un tiempo que no tenemos, que sirven para distraer voluntades y confundir intereses,... Buscamos SUMAR y eso significa entrega, esfuerzo, trabajo!!
Trabajo, trabajo y trabajo, única fórmula para que la sordoceguera salga adelante y la ilusión vuelva a brillar