Las personas sordociegas, una y otra vez, ponen por delante sólo cuatro cosas esenciales: toda la verdad sobre su doble limitación sensorial, enormes dosis de sentido común, el ansia de alcanzar 'la normalidad' social y el imprescindible bastón blanco y rojo que nos identifica.
Si difuminamos nuestros objetivos con otros oscuros intereses; si mezclamos con el colectivo de sordos; con las personas ciegas; con la lengua de signos, que también es básica en nuestros sistemas de comunicación; con asociaciones tangenciales al auténtico problema; con reuniones improductivas, etc., jamás avanzaremos. Pongamos el foco y centrémoslo sólo en lo importante: la sordoceguera y sus necesidades.
Sabemos, por experiencia propia, que trabajar eficazmente en sordoceguera consiste en manejar cada día lo práctico e insistir en la atención directa adaptada. Todo lo demás, especialmente lo que se aleje de esto, desconoce la auténtica realidad y se distancia de las soluciones.
10º años de ASOCYL: así lo sentimos y así te lo contamos!!