Una gala, un sencillo festival de los muchos que cierran el curso antes de las vacaciones de verano; en eso queríamos convertir, sin más pretensiones, el acto central del Día Internacional de las Personas Sordociegas 2018. Algo que, coincidiendo con esta década festiva de ASOCYL, se recordase durante mucho tiempo por su fantástica organización, por su espontaneidad y vistosidad creativa y por ese estilo, atractivo e inexplicable, que cautiva el interés de las personas con sordoceguera y las sitúa en el merecido lugar que las corresponde.
Durante todos estos días, desde el pasado 26 de junio que se celebró, en el Centro Cívico 'José Mª Luelmo', la gala ha sido completamente nuestra, la teníamos 'secuestrada' en nuestro recuerdo y la hemos dado mil vueltas, recreándola en la cabeza. Nos ha hecho sentir como nunca, sentirnos iguales y, sobre todo, disfrutar de los que tenemos alrededor.
Después del esfuerzo nos hemos dado cuenta que no es tan complicado, que la inspiración llega, que existen muchos grupos, mucha gente buena dispuesta a dar lo mejor de si mismos para aproximarse y agradar a nuestro colectivo y que, sus actuaciones, independientemente del mayor o menor nivel de adaptación, son auténticas maravillas.
Toca ahora compartir, pero antes de empezar a publicar detalles de este festival tan especial queremos que llegue nuestra admiración y gratitud a algunos nombres propios que debemos citar: Esther Pérez que, una vez más, se encargó de la dirección y coordinación artística y a la que invariablemente siempre encontramos en la senda de la solidaridad; y la presentación, a cargo de Mª Luisa Poladura, que no se limitó a dar paso a cada una de las brillantes actuaciones sino que además llenó la sala de luz, de sensibilidad y de emoción en las palabras. Vaya para ambas nuestro reconocimiento.
Mención destacada para Kike, uno de los componentes de Pucela Dance, que, con su bastón blanco y rojo, estuvo genial en el papel de persona sordociega. Hubo quien sugirió que sería un excelente candidato a socio para nuestra entidad. Fue él, con sus reacciones inesperadas y su magnífica interpretación, el hilo conductor de todo este mágico espectáculo que nos transportó a la normalidad,... a la vida!
NOTA: iremos desgranando, en sucesivas publicaciones en este blog, cada una de las estupendas actuaciones que completaron el acto central del Día Internacional de las Personas Sordociegas 2018
10 años de ASOCYL: nos gusta sentir y para eso hay que seguir imaginando.