La verdad es que las personas sordociegas, con la doble limitación sensorial a nuestras espaldas, cada día vivimos una auténtica aventura. Sin ningún remedio ni solución posible que se lleve a efecto práctico, también nos dedicamos a desatar los nudos del alma, a desenredar problemas, a elegir y agarrarnos fuerte a la opción más firme, a superar el miedo de quedarnos aislados, colgados en el aire, sin poder prevenir riesgos y evitar que nos manipulen. Muy angustioso y poco artístico sí, pero nos ayuda bastante a alejar la inseguridad y a vivir con cierta dignidad.
Todos estos sentimientos llevados a un espectáculo nos dan como resultado, sin lugar a dudas, el magnífico número que Isa Bel ofreció en la gala del DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS SORDOCIEGAS 2018. Como agradecimiento, a modo de homenaje por su actuación inolvidable, no se nos ocurre mejor fórmula que reproducir el precioso poema de Ángel González que ella misma nos envió y que es un reflejo que identifica fielmente la realidad de la sordoceguera. Muchas felicidades Isa Bel y, por supuesto, además de tu energía y tu arte, nos quedamos con tu eterna sonrisa!!
Trabajé el aire,
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz,
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego:
humo son mis obras,
ceniza mis hechos.
...y mi corazón
que se queda en ellos.
Ángel González - 2018
10 años de ASOCYL: mucho entre manos!!
Trabajé el aire,
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz,
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego:
humo son mis obras,
ceniza mis hechos.
...y mi corazón
que se queda en ellos.
Ángel González - 2018
10 años de ASOCYL: mucho entre manos!!