Estas jornadas de pocas horas de luz, de final de octubre, son intensas; allá en la frontera con noviembre, dentro de muy pocos días, viviremos una noche especial y mágica. Una fantástica aventura adaptada que, en el peor de los casos, lo único que dibuja son sonrisas; porque, como bien sabéis, el miedo de verdad lo dan otras cosas.
Ese miedo e inseguridad que, como personas sordociegas, trabajamos por erradicar definitivamente de nuestras vidas; para que cambie el actual escenario, dirigiéndose hacia el conocimiento de la sordoceguera, hacia la comprensión e igualdad de oportunidades y hacia el fácil acceso a todos los servicios comunitarios. Mientras eso no ocurra, estaremos lejos de la normalidad y seguiremos sintiendo soledad y terrible angustia.
Pero hoy anunciamos ese Halloween, que ya es tradición en ASOCYL, que preparamos y adaptamos como nadie, que nos hace iguales y que nos da la satisfacción de desconectar por unas horas de la dura realidad, del día a día lleno de incertidumbre y de silencio y oscuridad permanentes.
Halloween en ASOCYL: el miedo que da risa