Enlace: ABC Castilla y León 20/7/2020
Si hay un colectivo que ha visto muy alterado su día a día con la pandemia ha sido el de los sordociegos. No pueden ni oír ni ver o tienen pésima percepción en ambos sentidos y necesitan además el contacto directo con las manos de sus intérpretes para poder entender la lengua de signos. Ya se sentían un «poco olvidados» antes de la llegada del coronavirus porque no podían, por ejemplo, acceder a la información de la misma forma que el resto de las personas y a otros servicios asistenciales de primera necesidad, explican desde la Asociación de Sordociegos de Castilla y León (ASOCYL). Pero la epidemia ha traído también nuevas limitaciones a la hora de hacer cosas tan básicas como gestionar actividades que les resulten accesibles, realizar la compra o pasear acompañados de su inseparable bastón blanco y rojo.
«No pueden cumplir las medidas de seguridad como el distanciamiento, porque en ocasiones no depende sólo de ellos», expresan, pero además «el contacto a través del tacto es absolutamente todo» tanto para poder percibir lo que hay en su entorno como para comunicarse. Así que en la mayoría de los casos hay infinita precaución e incluso «miedo» y la asociación se ha volcado en las acciones domiciliarias y en otro tipo de actividades de apoyo mediante recursos tecnológicos que facilitan ese refuerzo que se requiere. Ante esta tesitura, el colectivo pide más «empatía» y que se conozcan sus auténticas necesidades para poder ofrecerles soluciones.