Llegó ese 27 de junio soñado durante tanto tiempo, ese Día Internacional de las Personas Sordociegas 2022 que se va a constituir en referencia entre el 'antes de la pandemia' y el 'después de la pandemia'; una celebración para el cese temporal de gestiones y del trabajo constante, para la relajación de los servicios asistenciales, siempre indispensables, que requiere la sordoceguera, para hacer un alto en las actividades rutinarias de ASOCYL y dedicar la fiesta, de manera íntegra y absoluta, a la alegría y a estar con nosotros mismos.
Nunca lo habíamos hecho así y creemos, sinceramente, que ya era hora!! Sin duda, comenzamos una nueva etapa que va a ser diferente y en la que se va a reforzar la atención básica hacia nuestros usuarios y sus familias. Que, por favor, no nos distraigan con reuniones improductivas, con gestiones alejadas de nuestra realidad y con promesas que jamás se cumplen. Sólo los hechos y las acciones prácticas pueden enfocar objetivamente hacia nuestro colectivo y ofrecer la auténtica dimensión de sus infinitas necesidades. La alegría por encima de todo!!
No hemos descuidado la presencia en los medios de comunicación; el continuo movimiento en las redes sociales que evitan un 'olvido' que siempre está al acecho; la gratitud, sin límites, hacia todos nuestros colaboradores y voluntarios que, con su entusiasmo, favorecen la visibilidad y que la sordoceguera, a nivel práctico, pueda alcanzar muchos de sus objetivos. Felicidad y alegría porque esta celebración ha sido 'un claro en este oscuro' y nos damos cuenta de que, a pesar de lo ya recorrido, queda mucho por hacer y podemos hacerlo.