Así es nuestra lengua de signos, sí, la fórmula perfecta de expresión para las personas sordociegas, esa que explica en silencio cualquier sentimiento, esa que casi se queda sin espacio para dibujar en el aire cada signo y, al mismo tiempo, proyectar energía, vida y verdad.
La lengua que amamos, la que nos enseña, la que transmite complicidad y la que nos hace grandes cada día. Desde luego no existe nada tan especial como la voz del silencio, la de aquellos que no dicen nunca nada porque lo sienten todo siempre.
Conversaciones llenas de matices para aquellos afortunados que saben escucharlas, que saben entenderlas... y que no olvidan que cada 14 de junio es el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, que, en el caso de la sordoceguera, en cualquiera de sus versiones, también es una realidad palpable y una lengua de ley.
'Calla, me hablarás con las manos, con los labios sellados, sin la voz me hablarás...'